Nekane Aramburu: "La crisis consolidará el arte"

“La crisis dejará en el camino a
los oportunistas”
A ARTE

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Xabier Arana
Puede afirmarse que Nekane Aramburu –historiadora del arte y master en Museología– se mueve en un entramado en el que no ha dejado de hacer o ejercer nada dentro de los campos de investigación, docencia, museología, dirección de empresas y comisariado con un sentido muy amplio de lo que es y ha sido la cultura. Siempre en primera línea en la toma de decisiones, selección y análisis de políticas de gestión cultural, esta vasca ha colaborado con instituciones, gobiernos y organismos privados en trabajos en los que ha aportando su docto criterio y generosa experiencia.
¿Cómo se vive el arte en plena crisis económica?
En general, con incertidumbre, pesimismo y la conciencia del estado de fragilidad más absoluta. Pero creo que, en general, las crisis son buenas. Se ha vivido un boom donde había muchas empresas de arte, muchos artistas, muchos espacios que han surgido al hilo de una prosperidad económica irreal, pero no se había generado una fortaleza profesional o de investigación de contenidos.

¿Y el futuro…?
Ahora, evidentemente, la supervivencia y resistencia son más complejas, pero si hay una base y un soporte ideológico, así como fuerza para seguir adelante, la crisis va a fortalecer a los auténticos profesionales del sector del arte, y va a dejar en el camino a los oportunistas y a quienes carecen de fortaleza.
            ¿Cómo ve el panorama artístico de Euskadi?
Es cierto que el  peso de las raíces profundas es poderoso. Los responsables institucionales, tienen la misión de velar por la cultura en Euskadi pero tendrán que trabajar con transparencia en la internacionalización de sector otorgando los instrumentos jurídicos y económicos que permita salir a flote a  las estructuras creadas.
            ¿Es artista el que lo intenta o el que lo es?
Afortunadamente no todo el que crea objetos es artista, lo mismo que por matricularse en Bellas Artes o hacer exposiciones no se obtiene el carnet o certificado especial de creador. Son artistas los que aportan una innovación, una manera particular de ver y entender el mundo. 

“El artista ve el mundo de manera diferente”
            ¿Dónde está la diferencia?
            Ser artesano como productor de objetos no es una esfera menor, pero ambos son dos mundos diferentes con dos objetivos distintos. Ser artista lo reconoce el tiempo y la perseverancia fruto de la formación continua y el haber nacido con unas cualidades y una mirada especiales, que provocan pequeños seísmos interiores y exteriores en este extraño mundo en el que vivimos. Son personas que nacen con un cierto don, aunque no ejerzan ninguna disciplina artística.
            ¿El arte es un don genético?
Podría ser algo genético o kármico, quien sabe. El caso es que hay determinadas personas que  nacen con  esa visión de abstraer  de lo real ciertas interpretaciones o sustancias que no son percibidas por quienes transitan por la vida entre realidades comunes, desde que nacen ven el mundo de manera diferente.
            ¿El abrazo de la inspiración…?
La pulsión creativa viene como un fatum; es inseparable de su manera de caminar. Me interesa ese lado mágico de la vida desde el que como escribía Aby Warburg, tenemos la sensación de que  la historia del arte es una historia de profecías.
            En este contexto, ¿existe un arte vasco definido?
Creo que hay un peso formativo e ideológico que viene dado por determinadas personalidades que han sido muy influyentes. Pero no sólo a nivel de Euskadi, sino también en el ámbito nacional. Mire, he sido comisaria del Certamen Bienal de Artistas Noveles de Gipuzkoa en dos ediciones. Si observamos la evolución de los artistas seleccionados en  sus primeras convocatorias, entre los galardones en el año 1931 y luego en 1933 vemos que estaba Jorge  Oteiza. Revisando las distintas convocatorias de este certamen se ve muy claramente la genealogía del arte vasco y por extensión del español.
            ¿Ha habido continuidad
Sí. En paralelo se encuentra la evolución de ciertas estructuras independientes como el Bideoaldia que organizaba Bosgarren Kolektiboa o momentos tan significativos como la creación de Arteleku en 1987 y sus talleres teóricos y prácticos que han marcado la impronta de las nuevas generaciones.
            Han creado escuela, entonces…
Claro que la han creado. Sin ir más lejos y trayendo a la actualidad la Bienal de Artistas Noveles de Gipuzkoa, ahí tenemos esa evolución dada por las convocatorias de los noventa y los dos mil  de las que destacaron Sergio Prego,  Asier Mendizábal, Ibon Aranberri  o Maider López.
¿Y esto qué significa?
Si se hace una genealogía del arte internacional se ve la reciente generación de artistas que hoy están en el circuito internacional, y no solo como vascos. ¿Su obra nace del arte vasco o es que han recibido determinadas influencias de un estilo de expresión concreto? Creo, sencillamente, que estos autores han tenido una formación y una dinámica muy específicas cuando la cultura y la creación crecen entre distintas redes del sistema del arte, movimientos alternativos y la deslocalización.
            ¿El arte hecho por vascos se publicita lo suficiente?
Creo que en su justa medida, ni más ni menos. Desde dentro se hace lo que se puede, desde fuera lo que se tiene en cuenta es la profesionalidad. El sector del arte en el Estado Español es muy joven, con estructuras frágiles, poco coleccionismo, excesiva politización de la cultura, escasa iniciativa privada, etc.
            ¿Puede influir el medio ambiente en la creación?
Ahora mismo, que nos encontramos en la era de la globalización, creo que no hay una impronta característica de la procedencia. Si acaso, de la formación y, sobre todo, de las metodologías de investigación-conceptualización.