El vino ‘marino’ es más suave y amable. |
A ENOLOGÍA
¡ Esteban Sánchez
El vino evoluciona mejor bajo el agua -bajo el mar-, pero no es para tanto. No pierde, a excepción de algunos blancos, pero tampoco gana de una forma evidente y que justifique el costo de un tratamiento bastante elevado que obliga –entre otras medidas– a vender la botella a más de 40 euros por término medio, si el bodeguero no quiere perder dinero. Claro, al cliente siempre le queda el consuelo de beber vino ‘marino’, como pretexto exótico para justificar su precio. El vino lleva produciéndose 2.000 años –aunque en tiempos de Jesús de Nazaret era mosto agriado–, y cuando ya pensábamos que estaba todo inventado aparece una iniciativa desarrollada, en serio, en Plentzia (Bizkaia) de sumergir 800 botellas de diferentes bodegas, cosechas y tipos de vino para que, al cabo de un año, comprobar su ‘maduración’ marina y hermética dentro de dos bunker de hormigón.