Nerea Muñoz, en una de sus exposiciones. |
::: Esteban Sánchez
“Estaba cómoda con la acuarela y ahora lo estoy con el acrílico”, se sincera Nerea Muñoz, una joven pintora bilbaína que, en los últimos años, se ha especializado en plasmar sus obras en el reducido espacio del cuerpo de una brocha. “No hago caricaturas ni retratos, solo reflejo lo que me inspira en ese momento la forma y superficie del objeto a pintar”. Utiliza siempre cepillos nuevos.
“Estaba cómoda con la acuarela y ahora lo estoy con el acrílico”, se sincera Nerea Muñoz, una joven pintora bilbaína que, en los últimos años, se ha especializado en plasmar sus obras en el reducido espacio del cuerpo de una brocha. “No hago caricaturas ni retratos, solo reflejo lo que me inspira en ese momento la forma y superficie del objeto a pintar”. Utiliza siempre cepillos nuevos.