Dalibor Jenis es 'rey por un día'. |
¡ Eneko Sorel
La segunda apuesta de la ABAO en su 61 temporada de
ópera ha sido ‘Un giorno di regno’, una ópera ‘prematura’ y atípica de Verdi,
que se asemeja más a la producción de Rossini, por su desenfado y ligereza. Fue
la segunda ópera que compuso, y entonces tenía 26 años, una edad en la que todavía
no se había metido en política ni había asentado su personalidad como ciudadano
ni como creador. Melodrama bufo, escrito en dos actos por el mediocre
libretista Felice Romani sobre ‘Le faux Stanislas’, de Alexandre Pineu-Duval.
Sin embargo, en el siglo XXI resulta una obra entretenida, dada la tolerancia que se les venera a los clásicos y a las condiciones en que, a veces, tuvieron que componer sus obras.El público salió entusiasmado de los decorados móviles y, sobre todo, de la puesta en escena por el conocido regidor italiano Pier Luigi Pizzi, que destaca por la refinada elegancia del montaje y el cromatismo de su vestuario. Recrea la belleza del settecento con trajes de la época, sombreros y decorados propios de la arquitectura de un palacio de Parma.
Irina Lungu y Silvia Vázquez quieren cionvencer a Dalibor Jenis. |
En esta línea, Nino Dentici, uno de los crítios más sobresalientes en canto, reconoce en sus comentarios de prensa y en su página web ‘La voz en la ópera’, los valores y méritos generales de esta ópera: “Una representación de gran nivel canoro y a pesar del libreto las buenas voces logran entretener”.
“Enmarcada en una decoración limpia y práctica gracias a los módulos que conformaban la escenografía –continúa Dentici–, el estreno de ‘Un Giorno di Regno’ contó con la excelente dirección del veterano maestro Alberto Zedda. Parece que cuando hay que interpretar la música de una ópera rara, el maestro Zedda es uno de los recordados. En fin, una representación con un gran nivel en la parte de los solistas cantantes y a pesar del libreto, una ópera que entretuvo”.
Es momento de intrigar. |
Acto I
Los criados y vasallos del barone di Kelbar están excitados ante el doble enlace matrimonial que va a tener lugar en el castillo. Por una parte, el barón ha acordado una alianza política entregando la mano de su hija Giulietta al signor La Rocca, el tesorero de los Estados de Bretaña, aunque en realidad la hija del barón preferiría casarse con el sobrino de su prometido, Edoardo.
Por otra parte, la sobrina del barone, la marchesa del Poggio, también se ve forzada al matrimonio, en este caso con el conte Ivrea, pese a estar enamorada del caballero Belfiore, quien nunca ha osado pedir su mano aunque el sentimiento es mutuo. Todos los invitados y presentes a la boda creen que el rey Stanislao estará presente en las celebraciones, pero en realidad será Belfiore quien suplantará su identidad, para que el verdadero monarca pueda volver a Varsovia de incógnito.
Pero cuando Belfiore descubre que es su amante, la marchesa del Poggio, quien va a contraer matrimonio, teme que ésta pueda descubrir su verdadera identidad. Entonces, en un momento de soledad, Belfiore intenta escribir una carta al rey pidiéndole que le retire de la misión. Pero entra Edoardo, desesperado al ver a su amada a punto de contraer matrimonio con otro hombre, y le pide al falso monarca que le acepte en su corte con el objetivo de poder alejarse de Brest y del desengaño amoroso.
El plan del engaño. |
Por su parte, Giulietta se lamenta en los jardines del castillo ante su inminente boda con el viejo tesorero, aunque siente un atisbo de esperanza ante la ayuda que el falso rey le ha ofrecido. Éste se las ingenia para poder planear un encuentro entre Giulietta y Edoardo llevándose a un lugar más apartado al conte Ivrea y al signor La Rocca, con el pretexto de mantener una conversación sobre asuntos de estado. La pareja de enamorados, a su vez, pide ayuda a la marchesa del Poggio, quien se compromete también a hacer lo posible para salvar su amor.
Mientras tanto, el falso rey hace una oferta a La Rocca que pretende ser deslumbrante para el tesorero: si éste acepta rechazar el contrato matrimonial con Giulietta, el "rey" le ofrecerá a cambio la mano de la princesa Ineska y, además, le proporciona un ministerio. Evidentemente, La Rocca acepta el cambio, ofendiendo al barone, quien le reta en duelo.
Pero la marchesa, a su vez, aprovecha para hacer otra propuesta: que Giulietta se case con el sobrino de La Rocca. Al barone no acaba de convencerle la propuesta de la marchesa; por tanto, será finalmente el falso rey de Polonia quien ordene lo que debe hacerse para que todos queden satisfechos.
'Hay que buscar una solución antes de que hablen las espadas'. |
Los criados comentan la estupefacción que ha suscitado la anulación de la boda. Entran Belfiore, el tesorero y Giulietta, discutiendo sobre las razones por las cuales el barone se opone al matrimonio de su hija con Edoardo. Giulietta se lamenta de que el principal motivo que desagrada a su padre es la situación económica del sobrino de La Rocca, ante lo cual, el "rey" ordena al tesorero que entregue a su sobrino un castillo en propiedad y una renta anual.
En otra estancia del castillo tienen por fin su encuentro el falso rey y la marchesa. Belfiore insiste en seguir fingiendo su identidad, y ella, enfadada, le anuncia que piensa seguir adelante con el matrimonio con el conte Ivrea, a menos que aparezca inmediatamente el "caballero de Belfiore".
Por su parte, Giulietta está contenta por cómo se están desarrollando los acontecimientos, aunque también teme que Edoardo deba separarse de ella para partir con el fingido rey, dada su calidad de escudero. Mientras, en los jardines del castillo, el barone di Kelbar da la bienvenida al conte Ivrea, y la marchesa, haciendo alarde de su astucia, le pide que retrase la boda una hora, ya que le gustaría que Belfiore estuviera presente en el enlace.
'Con buena comida y buena bebida, los arreglos llegarán...' |
La misión de Belfiore queda entonces cumplida con éxito, y éste ya puede recuperar su verdadera identidad. Como recompensa, el rey Stanislao nombra mariscal a Belfiore.
Pero antes de abandonar su papel de rey, Belfiore ordena que Giulietta y Edoardo se casen, y, obtenido el consentimiento del barone di Kelbar, lee en voz alta la carta que acaba de llegar. Ya no hay ningún motivo para seguir fingiendo su identidad y revela su verdadero rango, así como su amor por la marquesa, de la que pide su mano en matrimonio. La ópera finaliza igualmente con la celebración de dos matrimonios, pero, esta vez, consentidos y felices.
Dalibor Jenis, como Belfiore. |
Título ‘Un giorno di regno’
Género Melodramma giocoso en dos actos
Compositor Giuseppe Verdi (1813-1901)
Lugar Estrenada en el Teatro alla Scala de Milán
Fecha de estreno 5 de septiembre de 1840
Libreto Felice Romani sobre Le faux Stanislas
de Alexandre Pineu-Duval
Reparto:
Il
Cavaliere di Belfiore Dalibor Jenis
Il
Barone di Kelbar Paolo Bordogna
La
Marchesa del Poggio Irina Lungu
Giulietta
di Kelbar Silvia Vázquez
Edoardo
di Sanval Antonino Siragusa
Il
Signor La Rocca David Soar
Il
Conte Ivrea Eduardo Ituarte
Delmonte
Juan José Puente
Coro Coro de Ópera de Bilbao
Orquesta
Orquesta Sinfónica de Navarra
Dirección
musical Alberto Zedda
Dirección
de escena Pier Luigi Pizzi
Dirección
de coro Boris Dujin
Coreografía
Luca Veggetti
Producción
Teatro Regio di Parma