¿Vivimos en una sociedad hipócrita y falsa?

Realidades pendientes de un hilo.
::: OPINIÓN / SOCIEDAD

::: María Vega González Aransay
Hago esta reflexión, porque soy muy observadora de la sociedad actual en la que vivimos. Además las mentiras y la falsedad, tienen fecha de caducidad. Traicionar a las personas que nos quieren, es uno de los actos más odiosos que puede llevar a cabo el ser humano. Una persona traicionada, es más que una persona dolida. Se queda sin brújula, sin norte, siente una angustiosa confusión.
     De acuerdo con su significado, la hipocresía “es el deseo de esconder de los demás motivos reales o sentimientos”. Es decir, el hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y su verdadera personalidad. 
     La hipocresía supone una de las acciones que más detestan los seres humanos. Por su parte, el significado etimológico de falsedad es la “falta o carencia de autenticidad, evidencia, verdad, constancia o legitimidad”.
Ni la propia supervivencia debe justificar los engaños.
     Vivimos en una sociedad en la que estamos rodeados de hipócritas y de falsos, nos guste o no reconocerlo. No cabe duda de que al hipócrita, le encanta unirse y reunirse con muchos más falsos a su alrededor. Aunque curiosamente en la vida social, está de moda y hasta bien visto, nos sigue causando continuas sorpresas.
     La hipocresía supone una de las acciones que más detestan los seres humanos. Decir una cosa por delante y hacer otra muy distinta por detrás, supone una incoherencia en toda regla.
     ¿Por qué somos así?, ¿por qué tanta falsedad?, ¿nos sentimos más frágiles si somos sinceros…? Creo que no nos damos cuenta de nuestras propias contradicciones, y no sabemos cómo resolverlas.
Y a pesar de todo, nunca se sabe cuándo y cuanto nos mienten.
     Las mentiras y la hipocresía, nos hacen sentir pequeños y vulnerables. Con pequeñas mentiras se pierde a grandes personas. Los engaños  afectan especialmente a las personas que viven con honestidad su propia vida y la de los demás.
     Pensamos que la calidad de una persona depende de su capacidad para ser sincero y mostrarse con claridad ante las personas que le rodean. Las mentiras y la falsedad son dos cosas insoportables y además la vida cambia considerablemente.
     Por otra parte, la falsedad es siempre una cuestión de costumbres. Nos encontramos con personas muy hábiles en este ‘arte’ y que nos mantienen a todos engañados de una manera verdaderamente asombrosa.
La educación no siempre vence a los instintos sociales.
     La mentira habitual puede llegar a ser un problema psicológico serio. El hipócrita suele vender historias a cualquier precio, con tal de conseguir sus propósitos, o lo que es más grave aún, engañar.
     Hay quien sostiene la teoría que cualquier tipo de mentira está basada en relaciones de mala calidad.

     Con fecha de caducidad
     Las  mentiras y la falsedad tienen fecha de caducidad. Traicionar a las personas que nos quieren, es uno de los actos más odiosos que puede llevar a cabo el ser humano. Una persona traicionada, es más que una persona dolida. Se queda sin brújula, sin norte, siente una angustiosa confusión. No sabe dónde guardar sus sentimientos y se cree profundamente inseguro y decepcionado.
     Con muchas heridas, el ser humano, se tiene que reanimar, crear de nuevo y no sabe cómo volver a empezar.
Siempre están cerca..
     Con el paso del tiempo, es muy probable que la rabia y la impotencia que sentíamos al principio, se conviertan en cierta lástima por todo aquello que se rompió o se marchitó.
     Llega el momento de sanar nuestras heridas y valorar con mucha fuerza la verdadera lealtad.
     Superar todo esto, lleva mucho tiempo, pero para lograrlo hace falta que nos perdonemos a nosotros mismos y dejar de torturarnos por aquello que podíamos haber evitado. De esta forma, volveremos a confiar de nuevo.
     Tampoco debemos pensar que todo el mundo es igual de falso. Ahora tenemos la oportunidad para madurar y la próxima vez elegir mucho mejor.



Para evitar disgustos, más vale quererse a una misma...
     Naturaleza mezquina
    
Según Guillermo Pellegrini: “La naturaleza humana es mezquina y lamentablemente todos alguna vez, por interés o por miedo, por no enojarse, por celos o envidia, por necesidad o por piedad, hemos sido hipócritas”.
     “Pero debemos reconocerlo, donde nos empezamos a acostumbrar, perdemos la dignidad. Un hipócrita es alguien que esconde sus intenciones y verdadera personalidad, miente hacia fuera y hacia dentro”, afirma.
     Actualmente, la hipocresía es considerada como un mal necesario, que desempeña una función importante en la sociedad… ¿Hasta qué grado de descomposición social ha llegado la sociedad para considerar como algo útil y necesario la hipocresía?

Los reconocimientos no son eternos.
     Vivimos en una sociedad cada vez más individualista y consumista que conduce al egoísmo, al egocentrismo, a preocuparse únicamente de la felicidad personal, no se tiene un sentido comunitario y solidario.
     El consumismo, conduce a la tendencia de poseer y tener, es decir, cuanto más tiene el individuo, más necesita tener.
     El hombre actualmente, tiene pobreza espiritual, y para llenar ese vacío interior, se llena de cosas materiales. Así nace la codicia en los hombres.
     Para cambiar la sociedad, debemos empezar por la familia, como núcleo central de la sociedad, y sobre todo educar a nuestros hijos con valores, ya que ellos son el futuro de la humanidad. Únicamente así, podremos aproximarnos a una mejor sociedad.

"No hay máscara que cien años dure", igual que otra enfermedad.
     Entrevistas y opiniones
     A modo de afirmación de estas ideas o postulados, me he permitido recabar la opinión de algunas personas que pertenecen a una Asociación de Ansiedad Social a las que, evidentemente, les afecta más la hipocresía y la falsedad que a otras personas.

     Javier P.:
     --¿Cómo vives la falsedad y la
     hipocresía en esta sociedad?
     --He aprendido que existen personas que sólo piensan en modo coste-beneficio. Me parece algo intrínseco en el ser humano. Se explicaría como la necesidad innata de algunas personas de erigirse líderes. No necesariamente sociópatas. Intento no entrar nunca en sus juegos, porque en el 100% de los casos, daría la partida por perdida. La gente es experta en la manipulación del lenguaje, para llegar a conclusiones que le lleven a un claro beneficio. Intento ignorarle o despreciarle, y si no tengo más remedio, tengo que responder con cierta violencia. 
Lo peor es que no muestran señales...
     --¿Cuál es tu reacción ante los engaños?
     --Me producen rechazo y desprecio.
     --¿Terminarías una relación de amistad, familiar
     o laboral por la falsedad?
    
--Probablemente, y cada vez, estoy más seguro de ello.
     --¿Por qué se dan cada vez más casos de falsedad
     e hipocresía?

     --Nunca es personal. Creo firmemente que se trata de la necesidad natural de algunas personas de poseer el control sobre otras, con un cierto instinto de liderazgo. Yo diría algo así, como el macho alfa en los perros. Conociendo esto, no me dejo manipular ni controlar. Además procuro que la gente no se deje dominar por mí y tome sus propias decisiones. Si no fuese así, sentiría también rechazo por su falta de personalidad. En definitiva, ya no me queda ni una pizca de victimismo, del que hace tiempo abusaba bastante. Supongo que todo surge a base de muchas experiencias.

El camuflaje del comportamiento humano es muy variado.
     Teresa C.:
     --¿Cómo vives la falsedad y la
     hipocresía?
     --No soy muy dura. Con el paso de los años, he visto a muchas personas actuar de manera hipócrita o con falsedad, debido precisamente a sus intereses en cada momento. He aprendido a perdonar, ya que yo tampoco soy perfecta.
     --¿Cuál es tu reacción ante los
     engaños?

     --Depende de quién y qué me hayan hecho. No es lo mismo que un empleado de un banco me engañe, a que lo haga un familiar o amigo. También tengo que tener en cuenta la magnitud del engaño.
     --¿Terminarías una relación de amistad, familiar o laboral por culpa de la falsedad?
     --Depende del valor y la importancia que tenga para mí. En el trabajo, he visto falsedad e hipocresía, pero no rompo la relación laboral. Me sirve para saber a quién tengo al lado y hasta dónde puedo tener confianza con esa persona. Con un familiar rompería, más que por una falsedad, por una traición. Sobre todo, porque me falla, cuando más le necesito. Si me decepciona y me demuestra que no le importo nada, entonces rompería la relación para siempre.
A veces hay que poner puntos finales.
     --¿Por qué crees que se dan cada vez más casos
     de falsedad e hipocresía?

     --La mayoría de los casos de falsedad e hipocresía que se dan en la sociedad, es para no hacer daño a una persona y para quedar bien ante todos. También, puede pasar por miedo de no gustar a la mayoría,  por el ego, competitividad y por aceptación.

     J. C. S.:
     --¿Cómo vives la falsedad y la hipocresía?
     --La falsedad y la hipocresía suponen un cáncer en esta sociedad. Siempre me han afectado muchísimo los comentarios negativos de la gente. Además si esos comentarios, los hacen los hipócritas y a mis espaldas, todavía mucho peor. Cuando doy crédito a esas habladurías, aunque sea de manera injusta, afecta mucho a mi autoestima, que suele ser muy baja.
Quino ha prestado una buena filosofía a Mafalda...

     --¿Cuál es tu reacción ante los
     engaños?

     --Totalmente pasiva, no me enfrento a nadie, porque me produce mucha ansiedad los jaleos y las trifulcas. La propia fobia social que padezco me lo impide. Intento no tener ninguna relación con esas personas. En el mundo laboral, a veces es realmente muy difícil. El sentimiento de inferioridad que experimento, me hace sentirme culpable. Aunque mi razonamiento lógico, me dice, que es la otra persona, la que se comporta de una manera falsa e hipócrita.
     --¿Terminarías una relación de amistad, familiar o laboral por culpa de la falsedad?
   --Sin duda, terminaría esa relación, pero la mayoría de las veces, resulta muy complicado. En el mundo laboral, tengo que convivir todos los días con gente que ofrecen situaciones muy desagradables. En el ámbito familiar, si se trata de una persona muy allegada, implicaría que otros familiares, rompieran su relación conmigo.
El cerebro, un buen aliado.
     --¿Por qué crees que se dan cada vez más casos de
      falsedad e hipocresía?

     Creo que a los falsos e hipócritas, su propio narcisismo, les impide decir la verdad, para que los demás no rompan con ellos. Si se produjera esa ruptura, que muchas veces no quieren, sería para ellos una gran derrota. Se desahogan criticando y traicionándote ante otras personas. Son muy desleales. En el fondo, se trata de gente con mentalidad muy pobre. Necesitan kilos de falsedad y toneladas de hipocresía para darle algún sentido a sus vidas.



María Vega González Aransay
Nacida en Bilbao, es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco. Realizó cursos de formación de Comunicación y Humanidades en diferentes universidades Deusto, Navarra, San Sebastián, Santander y Córdoba. Ha trabajado como periodista en diversos medios de comunicación del País Vasco. Actualmente escribe en una revista digital de ámbito estatal. Ha participado como rapsoda en recitales de poesía en Bilbao, San Sebastián, Madrid, Barcelona, Logroño, Vitoria, Santander y Gijón. También escribe poesía de reflexión en revistas y
                         tiene publicaciones en un libro.

¿Realmente somos lo que refleja nuestra cara o tenemos otras de repuesto para cada apariencia?