Gran éxito de ‘L’art en guerre’, en el Guggenheim

Picasso: 'Femme assise danhs
un fauteil'.
A ARTE

¡ Xabier Arana
Más 400.000 personas han visitado la exposición ‘L’art en guerre. Francia 1938-1947: De Picasso a Dubufett’, que fue abierta al público en el Museo Guggenheim Bilbao el pasado 19 de marzo y que permanece hasta el 8 de septiembre de 2013. En los primeros 75 días ya la habían visitado 157.629 personas, de las cuales el 39% eran españolas y el 61%, aproximadamente, extranjeras: Franceses, ingleses, alemanes, estadounidenses y de la Europa del Este, principalmente. La exposición muestra una colección de cuadros con los que diversos artistas quisieron protestar contra las consignas oficiales impuestas en tiempos de guerra.
     Dentro de esta colección, el espacio que más ha llamado la atención ha sido el dedicado a Picasso –en su taller–, ubicado en la sala 209 del Museo Guggenheim. Por su parte, los catálogos –en francés y español– se han vendido muy bien, así como otros complementos literarios y gráficos que se refieren a esta época convulsa en Francia y en Europa.
Brauner: 'La rencontre du 2 bis rue Perrel'.

     Esta exposición, que ha venido del Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris –Paris-Musées–, no está previsto que viaje a ninguna otra ciudad a partir del día 9 de septiembre, una vez descolgada en Bilbao. En su día fue organizada por la pinacoteca gala en colaboración con la vasca.

     La exposición
     Organizada por el Musée d'Art moderne de la Ville de Paris, Paris-Musées y el Museo Guggenheim Bilbao, la exposición ‘L’art en guerre. Francia, 1938–1947: De Picasso a Dubuffet’,  muestra cómo, ante el amenazante contexto de opresión que se vivía en Francia durante la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi, los artistas de la época se rebelaron frente a las consignas oficiales mediante novedosas respuestas estéticas que modificaron el devenir del arte.
     Más de 500 obras realizadas por un centenar de artistas, entre los que se cuentan Georges Braque, Jean Dubuffet, Marcel Duchamp, Alberto Giacometti, Vasily Kandinsky, Pablo Picasso o Joseph Steib, evidencian el modo en que resistieron y reaccionaron ante la adversidad, haciendo "la guerra a la guerra" con formas y materiales impuestos por la penuria, incluso en los lugares más hostiles a toda expresión de libertad. 

Salomon: 'Sans titre'.
     De acuerdo con algunos críticos, “esta muestra ‘única’ revela lo que hasta el momento había permanecido a la sombra de la Historia”. La exposición está dirigida por la comisaria Jacqueline Munck, conservadora del Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris, y Laurence Bertrand-Dorléac, historiadora del arte y profesora del Centre d’histoire de Sciences Po (CHSP) de París y del Institut Universitaire de France.
     La colección de cuadros elegidos muestran cómo, frente al amenazador contexto de opresión vivido en Francia durante la II Guerra Mundial y la ocupación nazi, los artistas de la época se rebelaron, como hemos dicho, frente a las consignas oficiales mediante novedosas respuestas estéticas que modificaron el contenido del arte.

     La intimidad
     Una muestra que sirve, como afirman Jacqueline Munck y Laurence Bertrand Dorléac, para  desvelar “todo lo que quedó en la intimidad de las viviendas y de los talleres, de los refugios, de los campos de internamiento y de concentración, de las cárceles y de los hospitales  psiquiátricos, a la sombra de la historia”. 
Brauner: 'Souffrance, Souffrance'.

     El recorrido se inicia con la sección dedicada a la Historia que impregna las producciones artísticas en Francia tras la derrota contra Alemania. A partir de ese momento, se instala la doble dictadura de los nazis y del gobierno de Vichy, con el trasfondo de la propaganda intensiva y de la persecución de judíos, extranjeros, comunistas y francmasones.
     Mientras en el Museo Nacional de Arte Moderno, inaugurado en agosto de 1942 en plena ocupación, se muestra el denominado ‘gusto oficial’, pocos son los ejemplos de obras de movimientos cruciales como el Fauvismo, el Cubismo, el Dadaísmo, el Expresionismo, el Surrealismo y de las distintas corrientes de la abstracción, careciendo así mismo de presencia de artistas extranjeros de referencia, como Constantin Brancusi, Max Ernst, Vasily Kandinsky, Paul Klee o Joan Miró.

    ‘Indeseables’
    Entre tanto, la vida artística parisina, expurgada de “indeseables”, resulta oscura y lúgubre como habían vaticinado Los surrealistas, especialmente en la Exposición Internacional del Surrealismo, que tuvo lugar en enero de 1938 y que, con su atmósfera inquietante, fue premonitoria de los horrores de la guerra. Algunos de los participantes en la muestra serían detenidos, mientras que otros intentaron exiliarse, algunos de ellos sin éxito.

Domela: 'Relief nº 14'.
     La producción realizada en los campos de internamiento –200 en Francia–, donde prosiguió la creación de obras de supervivencia con materiales improvisados, al igual que en los refugios más insospechados, tiene un espacio particular en la exposición: en los campos I; también lo tiene la clandestinidad, a la que se ven abocados quienes pasaban con frecuencia de un lugar a otro para eludir el arresto.
     En una atmósfera hostil para una vida cultural libre, incluso Los maestros de referencia, como Henri Matisse o Pierre Bonnard, se protegen en sus talleres, al abrigo del ruido de las botas militares, y es en su ausencia cuando los jóvenes pintores recurren a sus lecciones de modernidad reivindicando su tradición francesa, creyendo que así escaparían al terror nazi.
     Sin embargo, es el pintor español Pablo Picasso, a quien la muestra dedica una sección completa (Picasso en su taller), quien, recluido en su estudio, aprovechará para multiplicar sus obras maestras encarnando la resistencia.
     Por otra parte, pocas galerías resisten en el medio artístico parisino trastornado por la Ocupación, y entre ellas destaca la Galería Jeanne Bucher. Esta galerista dio muestras de un verdadero valor y de auténtica fidelidad, prestando ayuda a los artistas en peligro y exhibiendo sus obras, que eran consideradas como “degeneradas“.

Fautrier: 'La juive'.