La agricultura vasca adopta el marketing del siglo XXI

El 'baserritarra' cuida mucho el territorio.
::: ALIMENTACION / INDUSTRIA

::: Elisabeth Soraluce 
Los profesionales vascos del campo, ‘baserritarras’, no desertan hoy a la ciudad, como lo hacían antes los denostados ‘destripaterrones’. En el siglo XXI han adoptado un marketing de negocio y técnicas informáticas de producción que hacen rentable trabajar en el primer sector, que en Euskadi suma 7.234 km2 de superficie agrícola y que da trabajo a más de 18.000 personas, según  la cooperativa Lorra, S. C. 
     Esta agrupación, que arropa a las asociaciones profesionales del sector agrícola en Bizkaia e integra a más de 4.000 explotaciones ha celebrado recientemente un debate con medios de comunicación para tratar y exponer la proyección social de sus diferentes gremios.

Imagen parcial del encuentro del agro vasco con los informadores.
     En este encuentro de agricultores y ganaderos –en el que han colaborado la Asociación  y Colegio de periodistas vascos–, se pudieron oír afirmaciones como “He dado pasos. Soy un agricultor del siglo XXI”, dicho por Jon Lekerika, horticultor; o “Mantenemos el territorio en las mejores condiciones”, declarado por Javier Garro, ganadero.

     Nuevas tecnologías
     Y al final hubo un deseo ferviente de reivindicar su modernidad y la adopción de la tecnología más avanzada del sector, así como programas informáticos específicos de control y sostenibilidad. 

Los agricultores de Euskadi no quieren refugiarse en el folclore.
     Y en este sentido se manifestaron los del agro: “Debemos decir a la sociedad urbana que los agricultores de aquí no estamos anclados en el pasado”, dijo Martín Uriarte, director gerente de Lorra, S.C.
     Precisamente, en una de las conclusiones de este encuentro divulgativo y de análisis, se dijo que, “en los últimos 30 años las explotaciones agrarias vascas se han puesto a la altura de las más avanzadas de Europa”.
     “Queremos ser –continuaron– una actividad económica ligada a su medio natural, respetada y que respeta su medio y su biodiversidad”. 


Los ponentes pusieron el corazón en la mano en defensa del agro.
     De acuerdo con estos profesionales, urge convencer a los jóvenes de que en el agro vasco se pueden generar empleos dignos para potenciar el relevo generacional. “Si no, seremos un colectivo en peligro de extinción”, coincidieron los ponentes.
     Al parecer, los trabajadores de este sector tienen una edad media de 60 años. Por eso, uno de los retos actuales es potenciar el acceso de jóvenes emprendedores y facilitar ese relevo generacional que tanto se desea.

Una de las primeras granjas vascas dotada de última tecnología
     Proyectos atractivos
     En ese ánimo, los profesionales veteranos de la mesa pidieron que, a través de políticas sensatas y coherentes y con proyectos agrarios empresariales, los jóvenes que buscan una renta digna y un modelo de vida de calidad “tienen en el campo vasco del siglo XXI una oportunidad nada desdeñable”.
     En la actualidad, este gremio –enclavado en el ‘primer sector’ de la producción– tiene un PIB (CAE) del 0,8%, pero si se incluye la industria agroalimentaria, la gran distribución alimentaria e incluso la gastronomía, se puede llegar al 10% del PIB (CAE). 
El gremio porcino de alta calidad, un logro importante.
     En cuanto a cifras del sector y derivados, se puede decir que la ocupación del suelo rural en el País Vasco es del 90% de la superficie. La útil (SAU) es el 30,5% del total, la forestal es del 54,9 %, de la que la urbana e infraestructuras son el 5,6%. El resto corresponde a matorrales y marismas.

     Imagen distorsionada
     Pero hay que insistir que una de las principales preocupaciones de los ‘baserritarras’ es la imagen de las profesiones del campo, agricultura o ganadería, en una sociedad moderna y muy urbana. “Esa imagen distorsionada que, en general, se transmite y se tiene del primer sector es la que nos preocupa, porque no es real”. 

La huerta especializada es un valor añadido al sector.
     “La sociedad urbana percibe culturalmente la actividad en los ‘baserris’ en una dimensión anclada en el pasado, identificándola únicamente con las tradiciones y folclore” afirmó Martín Uriarte.

     Problemas y éxitos
     Para Javier Aramendi, presidente de la Asociación de Ganaderos de Orozko (Bizkaia) “la opinión del sector está ‘secuestrada’. Salen noticias sobre alarmas agroalimentarias o eventos rurales, pero no sobre el día a día de las explotaciones, sus problemas o éxitos”.
     Es aquí donde las agrupaciones del sector montan su guardia. “El movimiento asociativo agrupado en torno a Lorra pretende potenciar la actividad económica de un sector profesional que, por ejemplo, gestiona el 85% del territorio de Bizkaia”, afirmó uno de los ponentes. 

Grandes y dinámicas proyecciones enriquecieron los informes.
     “Una actividad que en algunos casos es también un modelo de vida acorde con el medio natural de un territorio que es de agricultura de montaña”, reconoció esta agrupación.

     Ponentes con experiencia
     La mesa, moderada por el periodista Montxo Urraburu, contó con un grupo de expertos autorizados en el sector agrario y ganadero vasco, como Javier Garro, responsable del Área de Producción Animal de Lorra, que habló, entre otras cosas, sobre la aportación que realiza el sector a la economía territorial. 

La mujer ha contribuido mucho en el primer sector de Euskadi.
     También participó Jon Lekerika, presidente de Lorra y horticultor, que expuso su experiencia como ‘baserritarra’ del siglo XXI al frente de su explotación. Por su parte, Martin Uriarte, director-gerente de Lorra, planteó los rasgos de la actualidad del sector y sus principales retos.

     Finalmente, Jon Aramendi, presidente de la Asociación de Ganaderos de Orozko, aportó el punto de vista profesional ante algunos temas de repercusión social y los debates que condicionarán el futuro del sector.
     En todas las intervenciones se defendió la necesaria subsistencia de un sector agrario y ganadero profesional, respetuoso con la naturaleza y con la sociedad.
     Al mismo tiempo, los ponentes reclamaron el respeto de la sociedad para poder desarrollar una actividad económica digna. “Somos un colectivo que gestiona con racionalidad, con profundo respeto y cariño gran parte de la superficie del territorio”, dijo Jon Aramendi.

Los ponentes se mostraron satisfechos.
     El ganadero también señaló que “este sector sostiene la reserva genética de especies animales y vegetales autóctonas, tan intrínsecas a nuestra cultura y a nuestro territorio y, además, proporciona alimentos de calidad”. 
El primer sector suma en Euskadi 7.234 kilómetros cuadrados de terreno dedicado a sus diferentes gremios de agro.