Elvira Rebollo hilvana sus inquietudes en ‘Loca Novelife’

'Loca Novelife' en sus dos ediciones.
::: LITERATURA / TEATRO

::: Emilio Soto
La escritora bilbaína Elvira Rebollo confía su confesión literaria –y tal vez personal– a la narrativa moderna y desenfadada, y para ello se apoya en diálogos ágiles, directos, sorprendentes y muy bien construidos. A través del personaje principal de su historia, la profesora Eugenia Ramírez, la autora se columpia entre las filosofías de dos maestros del talante humano, el checo Sigmound Freud (constreñido y opresor) y el galés Bertrand Russel (permisivo y tolerante). El resultado es bueno, casi brillante.
     A través de dos libros, ‘Loca Novelife I y II’, el lector tiene la oportunidad de comprobar una nueva y original manera de entender la novela, o la narrativa joven actual. En la primera entrega, Eugenia Ramírez, la protagonista de esta historia de historias, es una bilbaína de treinta y tantos años, profesora universitaria en un pequeño pueblo de las montañas de West Virginia, en Estados Unidos.

Presentación de uno de sus libros junto a los editores.
     Se había trasladado allí como otra huida más hacia adelante en su vida. Antes lo había hecho a Singapur para olvidar a su amor francés. Ahora quería alcanzar el sueño de su vida: convertirse en escritora.
     Pero a mitad de esa odisea, la vida la golpea trágicamente sumiéndola en un profundo pozo anímico. Por eso, en la segunda parte –‘Loca Novelife II’–, Eugenia se traslada a Madrid con la esperanza de recuperar cierta confianza, y ahí comienzan los últimos, azarosos y entretenidos capítulos de su vida.
     Es la de Eugenia, una existencia llena de altibajos, aventuras y desventuras que, a veces, hacen reír y otras estimulan las lágrimas. Es caminar por un pedregal, a veces desierto, entre sesión y sesión de su terapia psicológica y el caos en su día a día. Una historia de supervivencia tan ocurrente como desgarradora… y siempre a merced de los brazos de Freud y Russel.

'Elvira lee y toma café', caricatura de Javi Avi.
     Valentía y oficio
     Las páginas de estos libros evidencian la estrecha y casi inseparable simbiosis que forman Eugenia y el ambiente en que se mueve, aportado por la autora. Forman un todo, a veces hermético, en el que la ficción, sutilmente relajada, puede dar paso a una realidad latente que, una vez aludida, se convierte en una terapia válida y necesaria. No sólo para Eugenia.
     Los diálogos, muy bien construidos, medidos y directos, es lo mejor del texto –muy por encima de la historia de historias a la que auxilian– e incluso encajarían muy bien en cualquier sainete. Se nota oficio en Elvira Rebollo y, sobre todo, mucha valentía al crear el personaje de Eugenia Ramírez, una mujer que confiesa de frente y con pelos y señales sus miserias y fracasos. Claro que, como diría ella “quien no se moja no coge peces”.
     La autora también tiene una gran dosis de empatía con su personaje Eugenia al dotarle de ciertos traumas infantiles no resueltos, que dan pie, precisamente, a esas interminables sesiones con el psiquiatra madrileño, de las que emanan muchas de las escenas relajantes y graciosas del texto.
     Ambos libros resultan muy entretenidos y a veces muy divertidos, a pesar de su carga dramática. Precisamente, la chispa de humor levanta el ánimo de la propia Eugenia y, por supuesto, del mismísimo lector, más de una vez acongojado.
     Su estructura se basa en relatos cortos publicados cronológicamente en el blog de Elvira Rebollo, que se llama así, ‘Loca Novelife’. La autora está muy vinculada al teatro madrileño, y algunas de sus obras, como ‘Si quieres te hago tiempo’, se han estrenado ya en salas de la capital.

Su estilo es para un público joven, abierto a lo que venga.
     Otros comentarios
     Tras la publicación de los libros de Elvira Rebollo –2011 y 2015–, surgieron en las redes sociales y en medios de comunicación muchos comentarios, algunos de ellos los vamos a reproducir a continuación porque aportan análisis valiosos de estos libros y comentarios interesantes de su autora.
     “Las conversaciones son realmente buenas. Esto es algo en lo que suelen fallar los libros de autores jóvenes, y es que reproducir la naturalidad con la que conversamos cuidando la gramática es muy difícil. Rebollo logra esto de sobra, algo que seguramente tenga que ver con su familiaridad con el género teatral”.
     “He disfrutado mucho con los diálogos, en especial los que tienen lugar entre Eugenia y Gael, su amigo del alma. Y sí, finalmente consiguieron que me riera”.
 
La mejor admiradora, su madre.
   “Es un final muy bueno: sorprendente, original y conmovedor. Un final de diez, si les soy sincera. Así que, a pesar de que no comenzamos con buen pie, acabé con la sensación de que había merecido la pena darle una oportunidad a este librito. Ahí lo dejo”.
     “Si por algo destaca ‘Loca Novelife’ es por su estilo desenfadado, coloquial y tremendamente ágil. Parece fácil, pero quien haya escrito un relato alguna vez sabrá que esa facilidad no es nada fácil de conseguir”.
      “Es una novela sin pretensiones de grandeza, lo que no quiere decir que no tenga preocupaciones técnicas, ni que no haya una evidente elección estilística. Pero es, sobre todo, una novela entretenida, divertida a ratos… hacia el final algo más triste de lo que esperaba pero sobre todo muy cercana, muy humana, muy real”.
     “El lenguaje es sencillo, coloquial y aderezado con una buena dosis de sentido del humor... y alguna que otra lágrima. No hay nada tan atractivo, en mi opinión, como una persona que no se toma demasiado en serio y sabe reírse de sí misma”.
 
Elvira Rebollo
Bilbaína de nacimiento pero madrileña de adopción, ha vivido en diferentes países de Europa, Asia y América debido a su profesión centrada en la filología, periodismo y artes escénicas.  Creó en 2008 el blog literario ‘Loca Novelife’ que dio título a su primera novela (2011), antecesora de la segunda parte (2015). Asimismo es autora de los textos teatrales ‘Si quieres te hago tiempo’, ‘Salsa Worcester’ y ‘Respira Medea’, y administra el blog de crítica teatral ‘Tarde de Teatro’, que ha alcanzado una llamativa notoriedad en poco más de un año de su creación. Compagina el mundo de la escritura con el de la enseñanza en Madrid.
Señas de identidad de Eugenia Ramírez vistas y analizadas por el artista y dibujante Javi Avi.