Javier de Juana, entre el hiperrealismo y la vanguardia

Javier de Juana, una vocación precoz.
::: ARTE / SOCIEDAD

::: Esteban Sánchez
Javier de Juana es maestro sastre y pintor. O podría decirse pintor y maestro sastre porque, a veces, el destino lleva a las personas por senderos no siempre voluntariamente correctos. Sin embargo, este creador de moda y asesor de imagen muy conocido en España, ha sido fiel toda su vida a unos impulsos pictóricos que no se han limitado a un desahogo pasajero, sino que han contribuido a forjar su espíritu y aflorar su estética. En 2013 ha expuesto por primera vez una veintena de cuadros integrados en la muestra ‘Fusión Realista’ –entre el hiperrealismo y la vanguardia–, que se pudo ver en el mes de junio en la Sala del Inversis Banco, y en agosto en el Hotel Ercilla, ambas en Bilbao, cuna del autor.

   “Quiero proyectar el hiperrealismo en el siglo XXI”

  ¾ “La pintura es para mí una coherencia conmigo, una asignatura pendiente”
  ¾ “Al entrar en temas de vanguardia no he querido desdibujar, les he dado otras formas”
  ¾ “Pinto cuadros de caballos y toros que puedan vestir y decorar en la Quinta Avenida”

"El cromatismo en mi obra reclama atención y compañía".
     La destreza del estilo artístico y profesional de sus antepasados  –atesorada en los patrones de la alta sastrería desde el año 1814–, han enriquecido los genes de Javier de Juana, dotándolos de esa impronta creadora y perfeccionista de los seres que nacen artistas. “En la pintura me inicié con estudios sobre naturalezas muertas, bodegones, marinas y retratos”, confiesa el pintor, que comenzó sus estudios de arte en el centro Leonardo da Vinci, de Bilbao.
     En su adolescencia le llamó la atención la meticulosidad de las formas, las combinaciones de los colores y los matices de los acabados. Una curiosidad que se inició en el taller de sastrería de su padre, Alberto, y que luego vería y compararía en los centros de arte y, por qué no decirlo, “en la vida misma, porque a mí una de las cosas que me llama la atención es la mirada, los ojos. Esa expresión que trato de plasmar en caballos, en toros e incluso en el ser humano. La mirada la veo como un rasgo estético de la vida de un  ser que mira… y que vive”, confiesa De Juana enfocando sus ojos al infinito.
"Hay que sacar a los toros de los cortijos y traducirlosal siglo XXI. 
     Al hilo de estas declaraciones del artista, es curioso observar a los espectadores de las exposiciones de De Juana cómo miran, efectivamente, a los ojos dibujados en los cuadros. “Las miradas que aparecen en mis cuadros –insiste el artista– tienen mucha importancia. He tratado de plasmar en ellas la pulsión vital, la vida. Por eso, al entrar en temas de vanguardia, no he querido desdibujar. Le he dado otras formas, otras cosas distintas. Por eso, he querido mantener el hiperrealismo y poderlo proyectar al estilo del siglo XXI”. 

      Hombre de negocios
     Cuando este artista y creador –entre otras realizaciones, ha diseñado los uniformes de la Ertzaintza, policía autónoma de Euskadi– habla de arte o estética en general, parece escucharse a un poeta, a alguien que está por encima de la materia e incluso de la realidad, pero nada más lejos de su personalidad inquieta y constructora: Javier de Juana es empresario, es un hombre de negocios. 

Javier de Juana, un hombre pragmático.
     Actualmente es alma mater de ‘Xelectia-Redes de Excelencia Comercial’ y presidente de ‘JJ. Commercial New Technologies, SA’, que desarrolla dinamización comercial a través de ciudades virtuales en 3D.
     
“Mi proyecto empresarial más reciente y posiblemente más importante es 'www.exquisuits.com'. Se trata de una aplicación muy sofisticada para confeccionar trajes de ‘alta medida’ por internet y para la que he creado un sistema nuevo de toma de medidas y configuración online. Ha sido valorada internacionalmente como la aplicación más exclusiva, hasta el punto de que Google la ha situado en la primera página de comprar trajes online”, dice con orgullo De Juana.
     Por otro lado, este aficionado a la hípica de alta escuela ha vuelto a ser elegido presidente del Club de Sastres de España, cargo que ya había ocupado con anterioridad. “Soy inquieto, quiero fijar la atención en muchas cosas, no quiero arriesgarme a dejar escapar cualquier posibilidad de ser útil a los demás… y a mí mismo”, confiesa De Juana con un gesto de complicidad.
     Incluso, este empresario quiere ser útil hasta con su propia pintura, porque él no ha elegido su estilo al azar. “Me agrada mucho pintar caballos y toros, porque creo que son obras maestras vivas de la naturaleza, auténticos iconos de belleza, pero que, en cuanto a su representación plástica,  están quedando atrapados en el siglo XX y relegados a decorar ambientes más bien rústicos...”.
"La mirada de los caballos, de los toros... reflejan la pulsión vital"
     En este punto, el pintor confiesa que encuentra muy interesante la síntesis del hiperrealismo y las vanguardias, estilo pictórico con el que quiere recuperar para nuestro tiempo esas obras condenadas, hasta ahora, a los ambientes de campo a los que se refiere. Dentro de su afán de ‘utilidad’ decorativa, “intento pintar esos cuadros de caballos o toros y proyectarlos en el siglo XXI para que puedan también vestir entornos de diseño, ambientes más elegantes”, dice.
     Javier de Juana realiza una pintura al óleo bien definida, con trazo firme e intencionado  tanto en la técnica como en el mensaje de la imagen que, ante el espectador, brota claro y elocuente. “En la doma clásica, por ejemplo, busco la colaboración del caballo sin violencia, una buena cadencia y regularidad en los aires. Procuro mantener un permanente acoplamiento entre jinete y caballo. En definitiva, intento que el caballo se exprese como si no llevara jinete”, reconoce De Juana.

     La sombra de la aguja
     No puede evitarlo. Este artista no puede disimular que en su pintura se cuele la sombra de la aguja del maestro sastre y creador de moda. Hay matices en sus cuadros que son auténticas puntadas. Bien trazados y delimitados, esos hilvanes pictóricos dejan al descubierto un pincel adiestrado, meticuloso y, a todas luces, veterano. Porque la pintura de este autor no nace de un entretenimiento de madurez, de sosiego o de ocio. Nace de una vocación precoz de adolescencia abortada cuando había comenzado a florecer. 

"Los temas de animales deben venir al vanguardismo del siglo XXI"
     “Cuando estudiaba en el centro de arte Leonardo da Vinci, el director de la escuela vio un cuadro mío, me puso la mano en el hombro y me dijo ‘tengo que hablar con tu padre’. Cuando pudo hacerlo, le dijo ‘Alberto, tu hijo Javier tiene que abandonar el taller de sastrería y dedicarse exclusivamente a estudiar arte y a pintar’. Mi padre reflexionó un rato y al final le contestó que ‘el mundo de la pintura es muy inestable y dudoso, prefiero que siga la saga de los sastres De Juana y que sea mi heredero, no en vano estamos en el oficio desde 1814’. No se habló más del tema”, recuerda añorante.
     Aquello no significó el fin de la pintura para Javier de Juana, que se desazonaba cada vez que entraba en un muso o en una sala de arte y veía que aquellas paredes, que colgaban cuadros de otros, le estaban esperando a él para colgar sus obras. “De verdad, me enfurecía porque quería pintar y colgar, sobre todo en los museos. No era por vanidad, sino que quería expresar mis sentimientos, mi interior a través de la pintura… Esto se lo he confesado a muy pocas personas. Tengo pudor”.
     “Yo he seguido pintando, prácticamente toda mi vida –dice–, de adolescente, de joven y ya de adulto. La pintura no la he dejado nunca. La pintura para mi es una coherencia conmigo mismo. Es responder a un impulso íntimo que me permite relacionarme con los demás, proyectar un sentimiento, una visión, una belleza hacia el espectador del cuadro y, sobre todo, ser fiel a ese impulso que toda la vida he tenido”.

"Quiero traer a los personajes de época".
     “La relación que tiene la pintura –dice De Juana– con mi oficio es que los dos se apoyan en una base conceptual sobre criterios estéticos. Es decir, tanto a la hora de diseñar un excelente traje o pintar un buen cuadro tienes que tirar de tu fondo de apreciación estética propia. En mi caso mis dos vocaciones, costura y pintura nacieron de la mano”.

     Ese colorido...
     Más de un seguidor de este pintor podría pensar también que el colorido vivo y cromático  que imprime a sus cuadros tiene algo que ver con su profesión de sastre y diseñador. Sin embargo, el propio autor no está de acuerdo. “El color fuerte tiene que ver con mi visión de la vida. Dicen que mis cuadros tienen mucha fuerza y llenan muy bien una pared. El cromatismo es una forma de transmitir la pulsión vital. Y en mis cuadros, como digo, quiero transmitir fuerza y vida.
     Entre sus clientes como diseñador y estilista se encuentran destacadas personalidades de la vida política, económica, cultural y deportiva del País Vasco, de España en general y de otros países. Pero, sus óleos, ¿a dónde van, quién los tiene? “De momento, mis cuadros los tengo yo –dice Javier de Juana–. Los guardo en mi casa y los expongo de manera muy limitada, como he hecho en 2013. Ahora también he sacado a la venta un lote de ellos porque quiero compartir mi reivindicación vanguardista partiendo del hiperrealismo”.
     En este punto podría preguntarse el lector aficionado a la pintura cómo se valora un óleo de Javier de Juana. ¿Prima el nombre del autor?, ¿prevalece la calidad de la pintura? Ante esta duda, el pintor se presentó en Londres y encargó tasar su obra, porque no quería engañar ni engañarse.
     “En Londres –dice– me dijeron que el estilo de pintura que realizo, fusión hiperrealista y vanguardias, no existe demasiado en el mercado internacional, que es algo muy especial. En definitiva, me valoraron los cuadros en el doble de lo que estoy cobrando en España, que son 10.000 euros por los de tamaño medio –los de los toros, los caballos…– y cerca de 20.000 por los grandes”.
"No estoy afrancesado en el estilo ni en los motivos... Eso sí, me gusta Napoleón".
     En la veintena de cuadros que Javier de Juana ha expuesto en Inversis Banco, y en el Hotel Ercilla se aprecian diversos uniformes, trajes y vestidos de claro estilo francés. ¿Podría deberse a una fijación del autor por el rasgo francés? “Yo no diría que tuve unos principios afrancesados, diría eso sí, que me interesaba mucho el personaje de Napoleón y todo lo que se movía a su alrededor, como personajes de la corte. Los he rescatado de su época y los he proyectado en el siglo XXI”.
     Si se pretende analizar la obra pictórica de Javier de Juana, hay que insistir en su propósito recurrente y ‘útil’ de la decoración, lo que parece ser su propósito final. “Intento que estos personajes de leyenda puedan vestir salones en la Quinta Avenida de Nueva York. Que los toros salgan de los cortijos, que los caballos salgan de los ambientes  bucólicos y que los personajes de corte salgan de los baúles de los anticuarios. Para ello he estado más de cinco años investigando sobre vanguardias”, afirma con decisión.

En cada trazo, la 'pulsión vital de De Juana'.
    "Transmitir la pulsión..."
     Evidentemente, los cuadros de este autor parecen muy meditados y largamente trabajados. Posiblemente, no hay un trazo al azar ni un color fuera de contexto. “Lo que he hecho ha sido cambiar los fondos bucólicos tradicionales de cortinajes y otros aderezos de entonces y sustituirlos por vanguardias de color llamativo y fuerte. Es algo que me permite cultivar el hiperrealismo sin desdibujar nada. A mí me gusta mucho poder transmitir la pulsión vital, reflejarla en mi obra”.


Heredero de una saga bicentenaria.
Javier de Juana
Perteneciente a una familia de sastres de alta sastrería, Javier de Juana nace en Bilbao y se dedica a la misma profesión que iniciaron sus antepasados en 1814. Además, es diseñador, estilista y asesor de imagen. Su vocación de niñez y adolescencia fue la pintura y acudió durante algún tiempo al centro Leonardo da Vinci, donde se inició y afianzó su vocación pictórica. Sin embargo, su familia lo reclamó para ser el heredero de la saga de sastres, profesión en la que ha realizado numerosos e interesantes trabajos, tanto en Euskadi, como en el resto de España y en el extranjero; en ese tiempo ha sido y ha vuelto a ser presidente del Club de Sastres de España. Hombre inquieto y de negocios, De Juana es alma mater de ‘Xelectia-Redes de Excelencia Comercial’ y presidente de ‘JJ. Commercial New Technologies, SA’, que desarrolla dinamización comercial a través de ciudades virtuales en 3D. Su proyecto empresarial más reciente y posiblemente más importante es ‘www.exquisuits.com’, una aplicación muy sofisticada para confeccionar trajes de ‘alta medida’ por internet y para la que he creado un sistema nuevo de toma de medidas y configuración online. Ha sido valorada internacionalmente como la aplicación más exclusiva, hasta el punto de que Google la ha situado en la primera página de comprar trajes online. Como pintor, ha realizado más de un centenar de obras de tamaño medio y gran formato y ha expuesto su colección de óleos ‘Fusión Realista’ en Inversis Banco (junio, 2013) y Hotel Ercilla (agosto 2013). En estas fechas el precio de sus cuadros se cotiza entre 10.000 y 20.000 euros. 

En los óleos de Javier de Juana no hay un matiz fuera de lugar ni cromatismo sin intención.